El camino no siempre es fácil. Ester enfrentó el miedo de presentarse ante el rey sin ser llamada, un acto que podría costarle la vida. Pero confiando en Dios y en Su favor, dijo: "Si tengo que morir, ¡pues moriré!" (Ester 4:16). Este acto de fe y valentía nos recuerda que el favor de Dios nos capacita para cumplir Su propósito, incluso cuando el costo parece alto.

Incluso, José, luego de volver a ver a sus hermanos (quienes le habían vendido anteriormente), les dice: "No se preocupen, estoy aquí para preservarles la vida". El favor de Dios siempre estuvo con José, lo hizo prosperar, y todo para llegar a ese momento.
Dios no te lleva a un lugar solo para que te sientas privilegiado. Su favor te posiciona para que seas una bendición para otros. Pregúntate: ¿Qué propósito divino está detrás de las oportunidades que Dios ha puesto en mi vida? Decide caminar en fe y obediencia, permitiendo que Su favor se manifieste en tu vida para Su gloria.
Bendecido Jueves!!!!