Isaías 43.13: “Desde la eternidad y hasta la eternidad, yo soy Dios. No hay quien pueda arrebatar a nadie de mi mano; nadie puede deshacer lo que he hecho”.
En las manos de Dios
Esta promesa era para personas que estaban en angustia, o ansiedad, se sentían desorientados, amenazados y a la deriva. Es a ellos a quien les da esta hermosa palabra.
La ansiedad, angustia y estrés son el estado anímico característico del tiempo que vivimos.
¿Qué es la ansiedad? es un estado emocional que nos divide internamente, preocupación que carga nuestra mente, va acompañada de un sentimiento de intranquilidad del ánimo e inquietud. Es el resultado de lo que desconocemos, nos volvemos ansiosos por algo que todavía no es, no pasa, pero que tenemos miedo que pase. Es producto de lo que esperamos y se retarda. Al pensar en el futuro ¿te sientes así?
El Señor afirma su identidad y dice: “Yo soy Dios”. ¿Lo conoces? Él es soberano, su amor es ilimitado, es tremendamente fuerte, totalmente sincero y firme, lleno de gracia y misericordia, dispuesto a salvar al pecador, a libertar al cautivo, a defender al débil, a guardar a los ancianos, recompensar a los diligentes. Él se compadece y salva, fortalece, guarda, guía, sana, limpia.
Nuestro Dios es Incomparable, supera todo lo que podamos conocer
Este Dios es quien afirma que nadie puede arrebatarnos de sus manos, ninguna tribulación, demonio, o prueba. Su mano es protectora, similar a la de un Padre que ama a su hijo y lo ayuda todos los días. “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” (Isaías 41.13).
Esto nos da confianza y seguridad, nos aleja de la ansiedad.
Pra. Alicia Neumann Centro Cristiano Puerta Abierta, Sáenz Peña
