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Estamos bajo Autoridad

En un programa de radio fue entrevistado un pastor y lo que pasó allí fue muy revelador. En un momento dado el periodista le preguntó qué opinaba sobre la homosexualidad. La respuesta del pastor impactó al entrevistador: “Perdóneme, pero no podría opinar sobre ese tema”. ¿Por qué no podría opinar? insistió el periodista. A lo que el pastor contestó: “No sé si usted me va entender, pero yo estoy bajo la autoridad de Dios y es por eso que mi opinión no cuenta porque yo solo puedo decir lo que Dios dice sobre ese tema. ¿Se da cuenta? Lo que yo opine no tiene valor, como estoy bajo la autoridad de Dios, solo puedo decir lo que él ya dejó escrito sobre ese tema”.

El periodista se quedó sin preguntas ya que no se animó a preguntarle a Dios.

Debemos declarar siempre lo que Dios estableció y no andar buscando contestaciones “políticamente correctas” o “aggiornadas” a los tiempos que corren. Así actúan los que están realmente bajo autoridad. Lo que siempre aconsejo es hablar de esos principios de Dios sin tono condenatorio, sin altanería y con todo el amor posible.

Muchos cristianos creen que, en algunos temas, Dios atrasa, y que no conviene decir algunas verdades porque son muy duras. Los que piensan así no están bajo autoridad y deben arrepentirse de pensar de esa manera.

No son pocos los que se guardan, por ejemplo, de decir que a Dios le agrada que los jóvenes lleguen vírgenes al matrimonio porque esa postura suena como anticuada a la sociedad de hoy. En la cabeza de esos creyentes se ha instalado la imagen de un Dios-viejito que no ha evolucionado con los tiempos y que por eso a algunos de sus principios no conviene darlos a conocer.

En realidad, todos debemos arrepentirnos por la falta de valentía y de honestidad moral de hacer conocer las posturas de Dios, porque más allá de cantar coritos y estar haciendo cosas dentro del templo, lo que verdaderamente importa es respetar la autoridad de Dios.

Muchas veces no coincidiremos con la posición del Señor. Eso no importa, importa la opinión de Dios.

Los que han entendido la autoridad de Dios y se sujetan a ella, serán libres para comunicar los pensamientos del Señor a la gente.

Isaías 55: 8-9 aclara el asunto: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos los míos, afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes. ¡Más altos que los cielos sobre la tierra!”

Por Marcelo Laffitte

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