Cuando nosotros tenemos que hacer algo, necesitamos autoridad para hacerlo, y una autoridad se recibe por la experiencia. La experiencia te da autoridad. Las pruebas te dan autoridad para que la fe crezca.
Siempre que vas a enfrentarte a cosas espirituales, satanás te dirá que no tienes autoridad; si le crees, no te podrás plantar en la autoridad que tienes.
(Marcos 16:15-18), esta es la palabra que te da autoridad delegada. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Cuando tenemos esta autoridad, podemos movernos bajo ella.
Para enfrentar los problemas de la vida tenemos que ver de nuevo que nuestras batallas no son contra humanos, son espirituales y si lo entendemos, podemos vencer, por la autoridad delegada que Dios nos dio. Debemos entrar en tiempos de ayuno y oración.
Cuando Dios te da una palabra, está respaldada por el poder del cielo y el reino de Él. Cuando quieran venir a decirte que no tienes autoridad, verán el Poder de Dios.
La clave está en hacer lo que Jesús hizo, cómo resistió la tentación: "Escrito está Satanás".
Si no conoces lo que está escrito de Dios para tu vida, caerás en la trampa del enemigo. Debes tener una palabra que respalde lo que estás por hacer; si la tienes, tienes el respaldo del cielo y la autoridad para que esa palabra se cumpla.
Pastor Robert Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina