Deuteronomio 30.19-20: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Todos deseamos la vida, todos deseamos la bendición, pero el problema no es lo que deseamos sino lo que escogemos. Deseamos la vida, deseamos la paz, deseamos que nos vaya bien, deseamos prosperar. Pero sin embargo cuando escogemos no lo hacemos bien y allí está el problema.
Para escoger necesitamos no solo sabiduría, sino carácter. Una persona sabia y madura es alguien que sabe desechar lo malo y escoger siempre lo bueno.
La mayoría de nosotros ante una situación sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que nos conviene y lo que no nos conviene. Pero la realidad es que muchas veces nos falta carácter para no ceder ante la tentación de lo malo, nos falta firmeza.

Necesitamos ser fortalecidos para que podamos caminar a diario en aquello que nos conduce en bendición. Sí o sí en la vida debemos escoger, si no lo hacemos, también estamos escogiendo.
Todo lo que hacemos, todas las decisiones que a diario tomamos, deben acercarnos al propósito de Dios para nuestras vidas. ¿Qué estas escogiendo? ¿Todo lo que tiene que ver con la vida o todo lo que tiene que ver con la muerte?
¡¡Escoge siempre la vida!! No sólo serás bendecido vos, sino también toda tu descendencia. Lo que escoges afecta directamente a tu descendencia, para vida o para muerte.
CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Saenz Peña-Chaco
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Saenz Peña-Chaco